La legendaria estrella Bruce Lee aprendió y dominó un ritmo
tan importante en su vida como su habilidad en el Kung-fu.
Bruce Lee pasó su infancia y adolescencia en Hong Kong. Con apenas dos meses debutó en un filme titulado Tears of San Francisco (1941) y a los seis estuvo en Birth of Mankind (1946), un melodrama en el que ya mostró su potencial. A los 18, ya en la década del 60, regresó a EEUU bajo la insistencia de su padre que lo quería tener alejado de la mafia china.
En el país norteamericano, empezó estudios de filosofía en la universidad, atraído sobre todo por el taoísmo, aunque abandonó la carrera para abrir un primer gimnasio. Contra las amenazas de algunos asiáticos que lo trataron de traidor, empezó a enseñar a occidentales las técnicas del Kung-fu. Ahí trabajó con intensidad una técnica que se conoce como “el puñetazo de una pulgada”, que hace parte de las artes marciales chinas: un golpe que se realiza a muy corta distancia (de cero a seis pulgadas) y que él terminó popularizando mucho. Y el resto es historia.
Pero hay un pequeño episodio. Una técnica tan contundente como “el puñetazo de una pulgada”, incluso antes de perfeccionar este golpe. Una que dicen que lo salvó la sombra de la mafia china que se cernía sobre él. Que le ayudó a perfeccionar el juego de sus pies y su equilibrio. Y que además, según su hermano, Robert Lee, le permitió vivir aventuras amorosas.
Cuando tenía 18 años, en 1958, antes de ir a EEUU, Bruce Lee participó de un concurso en Hong Kong de chachachá y se llevó el primer puesto. El título fue el de “Crown Colony Cha-Cha Champion”.
Son varias las fuentes que lo confirman. Algunas imágenes de él bailando quedaron registradas en un libro Los tesoros de Bruce Lee, de Paul Bowman. También su hermano, quien produjo el documental Bruce Lee, My Brother (2010), dramatizó la victoria del legendario luchador en el campeonato de chachachá. Y hay una escena clave que confirma este talento, la cual hace parte de una película llamada Darling Girl (1957) en la que sale bailando este ritmo.
¿Que es el ritmo cubano chachachá?
El chachachá es un baile de origen caribeño (cubano) ―basado en el danzón su antecesor directo en Cuba― cuyo nombre proviene del característico sonido producido por el roce de los pies de los bailarines sobre el suelo al ejecutarlo.
Fue creado por el violinista, director de orquesta y compositor cubano Enrique Jorrín (1926-1987) en 1948. Parece ser que este, viendo las dificultades que tenían los blancos para bailar el mambo, se inventó este nuevo ritmo «pa’ los cubanos que no saben mambear».
El primer chachachá que sonó fue La engañadora de Enrique Jorrín, que data del 1948 y fue un éxito enorme en el año 1953. En este mismo año muchas orquestas tocan el mambo El cerezo rosa de Dámaso Pérez Prado como un chachachá, y hasta el mismo Pérez Prado hace una versión de su Cerezo en este ritmo.
El chachachá es fácil de identificar musicalmente, porque el güiro parece que esté diciendo: cha-cha-chá.
Otros chachachás famosos son La camarera de mi amor, con una versión de Benny Moré o Antonio Machín o la insuperable, Ligia Elena, de Rubén Blades; o Me voy pal pueblo también de Benny Moré.
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