Personalmente nunca he abrazo ni le he dado la mano a Luis Manuel Otero Alcántara ni a Maikel Osorbo, me fui de Cuba cuando ellos salían de la adolescencia (Maykel Osorbo tenía 17 y Luisma 12 años en 1999, pero de ambos conservo más de cien mensajes de voz y de textos que me ayudaron mucho a esclarecer lo que hacían en Cuba a favor de las libertades de todos. Cuando estaba recopilando información para escribir mi libro “Los Acuartelados de San Isidro. Crónicas sobre disidencias artísticas en Cuba 1961-2021.”
Verlos vestidos de gris, y rapados con esas ropas de cárceles represivas de la dictadura cubana me deja realmente destrozado, de rabia de impotencia y de lo mal que me siento por la violencia que me genera ver dos seres extraordinarios y honestos disfrazados de delincuentes, exactamente lo que son la dictadura que les juzga que se auto-proclama como una revolución.
Cuando comencé hablar con ambos mis preguntas eran para concretar hechos y sucesos luego ambos pasaron a decirme hermanito o hermanos y es imposible no tomarle cariño y realmente sentir que no solo son mis hermanos sino de cada persona que esté cerca de ellos.
Es importante que quienes vivimos en Libertad fuera de Cuba tomemos conciencia de no dejar de protestar y exigir la libertad de ellos y otros miles de presos que salieron desde 11J del 2021 en CUBA. Su suerte es también la suerte de todos los que vivimos fuera y no seguir dejando pasar sin decir nada de esa diarrea dictatorial normalizada.
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