Escribe Irene Vallejo …pág 232… Se puede seguir el rastro salvador de los libros en casi cualquier lugar del mundo, incluso en los más siniestros (…) ; y Reinaldo Arenas, recluido en las cárceles castristas, en la “Eneida.”
Ya me gustaba este libro sobre la invención de los libros y la destrucción por totalitaristas de los mismos. Pero dejar tan claro su posición ante la dictadura es otra buena luz. Pensé que hablaría antes de Carpentier, Lezama o Cabrera INfante pero no.
El acierto de Irene Vallejo en crear o recrear la historia de los libros y las bibliotecas en un libro que recoge todas las situaciones en el que un libro te asiste en la vida como ser humano sensible es brutal.
Reinaldo Arenas, uno de los escritores disidentes que citó en mi libro Los Acuartelados de San Isidro pues sus novelas tras abandonar Cuba comenzaron a desmontar el relato “noble” de la dictadura cubana.
Mi amiga Vivian Jimenez, escritora que me recomendó el libro me dijo que me gustaba el libro pues ya lo había reseñado. Le dije sí, Irene tiene un nombre referencial en mí, mi primera novia, quinto grado de primaria se llamaba Irene. De mayor y habiendo ganado el premio de poesía a nivel provincial 8 de Marzo en La Habana busqué su etimología ( De Irene) y encontré:
Etimología. Se trata de un nombre de origen griego, procedente de Ειρήνη (Eirene) palabra que significa paz en el idioma griego, y cuya equivalente en la tradición romana era Paz.
0 sea, este libro es por encima de todo Paz, o Pau en catalán que diría mi hija. Entrar en él es atravesar las naves del archivo nacional donde trabajé tres años en Cuba como historiador o la Biblioteca Nacional de Cuba donde me llevaron de pequeño por ser lector compulsivo.
Recomiendo encarecidamente que lean este libro para que lleguen a otros libros ha leído u olvidados.
Arsenio Rodríguez Quintana
28 de junio 2022
