La Música Cubana en el cine Americano y Europeo: Apuntes para una historia. Ediciones Muntaner 2022

EL mismo día que el excremento de Putin comenzó a invadir Ucrania, yo puse en Amazon un nuevo libro: La Música Cubana en el cine Americano y Europeo.

Descripción del libro:

"Es imposible pensar en la Época de Oro del cine mexicano sin "las rumberas cubanas" que activó el mambo del cubano Dámaso Pérez Prado en los años cuarenta; es imposible, pensar en Hollywood de los años cincuenta sin sus grandes actrices convertidas en estrellas como Rita Hayworth, Abbe Lane, Marilyn Monroe, Esther Williams o Fred Astaire, o musicales como West Side Story; es imposible, pensar en el cine Europeo sin Silvana Mangano, Sofia Loren, Brigitte Bardot  o Anita Ekberg. Todos estos imposibles tienen una sola cosa en común, que todas estas mujeres y hombres bailaron rumba, son, mambo y chachachá en sus películas más conocidas, ritmos cubanos que se consolidaron a nivel mundial entre finales de los años treinta  y los años sesenta del siglo XX.
Este libro se pregunta por qué Sofia Loren baila la canción: mambo italiano, en el film Pane, Amore e..., y  dice que es un ritmo brasileño siendo cubano; de por qué La  Dulce Vita (1960) con Mastroniani y Anita Ekberg, el mambo  y chachachá son vitales en su trama, y cómo Bruce Lee antes de ser conocido como karateca fue el rey del chachachá en una película. Sin olvidar la fascinación de Marlon Brandon o Nat King Cole por los ritmos cubanos viajando a la isla para tocarlos o contarlos mientras que allí Benny Moré o Celia Cruz reinaban con boleros, mambos y sones por los cabarets cubanos que luego eran llevados al cine cubano y mexicano.
Un libro que puede leerse e ir verificando sus argumentos con las canciones en Youtube y rememorar ser vintage mientras leemos, aunque también se analiza qué pasó en la isla con el cine revolucionario e independiente  con la música hasta nuestros días. De eso se trata. (Más de treinta imágenes contiene el libro entre fotogramas y carteles)

Este libro fue fruto de una serie de artículos que escribí desde el comienzo del año 2000, hasta el 2007, cuando escribía de forma semanal para la revista Encuentro de la Cultura Cuba que dirigía Jesús Díaz desde Madrid, gracias a él, me volví a sentir escritor después de llegar a Europa en 1999, pues lo único que hacía como tal era escribir para Encuentro. Lo demás, fue recoger olivas, dar clases de salsa durante meses, ser de taxista, trabajar en una ONG, oficios que me han hecho muy feliz siempre y me enseñaron a vivir en Europa del cambio de siglo (de la peseta al euro) a la que llegué siendo historiador graduado de la Universidad de La Habana habiendo trabajado en el Archivo Nacional de Cuba. No pretende ser una enciclopedia de la música cubana en el cine, pero sí abarca las películas más importantes que se hicieron eco de nuestra música en occidente, o sea, América y Europa."





Arsenio Rodríguez Quintana
febrero 2022
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Los cubanos desde Julián del Casal hacia acá, hemos estado obsesionados con París. Torre Eiffel incluida cuya réplica hicimos en 1895

 

En Santa Clara en 1895 se hizo esta réplica en madera de la torre Eiffel
La del centro de Cuba fue una réplica en madera y a pequeña escala, de la Torre Eiffel. Se ubicó en medio de la Plaza Mayor y fue construida gracias al patrocinio de Doña Marta Abreu, patriota cubana y mayor benefactora de la ciudad de Santa Clara.
Marta Abreu poseía el permiso del Ayuntamiento para la construcción de una planta eléctrica. La ejecución de este proyecto estuvo a cargo de la Casa Gramme de París que se comprometió a tenerlo a punto para febrero de 1895.




Un cubano hace una replica de 4 metros, enteramente iluminada, ha sido realizada por el herrero cubano Jorge Enrique Salgado, iluminando el distrito residencial Arroyo Naranjo al su de la capital.
11 Agosto, 2020




Fragmento de un cuento de Julian del Casal, donde evoca París que no conoció...

–El de irte lejos.

–Sí, lejos; pero, ¿dónde?

–Pues a París: ¿ya no te gusta esa tierra de promisión?

–Te diré: hay en París dos ciudades: la una execrable y la otra fascinadora para mí. Yo aborrezco el París que celebra anualmente el 14 de julio; el París que se exhibe en la Gran Opera, en los martes de la Comedia Francesa o en las avenidas del Bosque de Bolonia; el París que veranea en las playas a la moda e inverna en Niza o en Cannes; el París que acude al Instituto y a la Academia en los días de grandes solemnidades: el París que lee El Figaro o la Revista de Ambos Mundos; el Paris que, por boca de Deroulede, pide un día y otro la revancha contra los alemanes; el Paris de Gambetta y de Thiers; el Paris que se extasía con Coquelin y repite las canciones de Paulus; el Paris de la alianza franco-rusa; el Paris de las exposiciones universales; el París orgulloso de la Torre Eiffel; el Paris que hoy se interesa por la cuestión de Panamá; el París, en fin,  que atrae millares y millares de seres de distintas razas, de distintas jerarquías y de distintas nacionalidades. Pero adoro, en cambio, el París raro, exótico, delicado, sensitivo, brillante y artificial; el París que busca sensaciones extrañas en el éter, la morfina y el haschisch; el Paris de las mujeres de labios pintados y de cabelleras teñidas; el París de las heroínas adorablemente perversas de Catulle Mendès y René Maizeroy; el París que da un baile rosado, en el palacio de lady Caithnes, al espíritu de María Estuardo; el Paris teósofo, mago, satánico y ocultista; el Paris que visita en los hospitales al poeta Paul Verlaine; el Paris, que erige estatuas a Baudelaier y a Barbey d’Aurevilly; el París que hizo la noche en el cerebro de Guy de Maupassant; el Paris que sueña ante los cuadros de Gustavo Moreau y de Puvis de Chavannes, los paisajes de Luisa Abbema, las esculturas de Rodin y la música de Reyer y de Mlle. Augusta Holmés; el Paris que resucita al rey Luis II de Baviera en la persona del conde Roberto de Montesquieu-Fezansac; el París que comprende a Huysmans e inspira las crónicas de Jean Lorrain; el París que se embiraga con la poesía de Leconte de Lisle y de Sephane Mallarmé; el París que tiene representado el oriente en Judith Gautier y en Pierre Loti, la Grecia en Jean Moréau y el siglo XVIII en Edmond de Goncourt; el París que lee a Rachilde, la más pura de las vírgenes, pero la más depravada de las escritoras; y el París, por último, que no conocen los extranjeros y de cuya existencia no se dan cuenta tal vez.

–Y entonces, ¿por qué no te marchas?

–Porque si me fuera, yo estoy seguro de que mi ensueño se desvanecería, como el aroma de una flor cogida en la mano, hasta quedar despojada de todos sus encantos; mientras que viéndolo de lejos, creo todavía que hay algo, en el mundo, que endulza el mal de la vida, algo que constituye mi última ilusión, la que se encuentra siempre, como perla fina en cofre empolvado, dentro de los corazones más tristes, aquella ilusión que nunca se pierde, quizás...

 Julián del Casal

 

Publicado en Caras y Caretas, el 30 de mayo de 1914

Fuente y propiedad de Hemeroteca Nacional (BNE)

Digitalizado en el presente formato por J.M. Ramos para


El artista William Perdomo hubicó la Torre Eiffel en el barrio Chino de La Habana.


 

Los sentenciados en el juicio del lunes 14 de febrero, en la ciudad de Holguín por las manifestaciones del 11-J en Cuba en 2021 OCDH.

 Madrid, 15 de febrero de 2022. OCDH

 

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) exigió este martes a la Unión Europea que aplique ya sanciones individuales contra los represores de derechos humanos en Cuba, tras producirse las primeras condenas por sedición con penas de hasta 20 años y menores de edad implicados.

"En septiembre y diciembre, en sendas resoluciones, el Parlamento Europeo aprobó por amplia mayoría solicitar al Consejo de la UE la imposición de la llamada ‘Ley Magnistky europea’ a los violadores de derechos humanos en Cuba. ¿A qué esperan los países miembros, el Consejo de la UE y la Oficina del Alto Representante para la Política Exterior para actuar? Evidentemente, estas sanciones deberían afectar a todos los funcionarios, incluidos ministros, fiscales y jueces", afirmó Alejandro González Raga, director ejecutivo del OCDH.

El lunes, el régimen de La Habana condenó a 20 participantes en las manifestaciones del 11 de julio pasado a penas de entre cinco y veinte años de cárcel por el supuesto delito de "sedición". Cinco menores de edad fueron condenados a cinco años de limitación de libertad.

Estos son los sentenciados en el juicio del lunes 14 de febrero, en la ciudad de Holguín:

1. Yovanny Rosell García Caso -condenado a 20 años
2. José Ramón Solano Landiche -condenado a 18 años
3. William Manuel Leyva Pupo -condenado a 12 años
4. Cruz García Domínguez -condenado a 17 años
5. Jessica Lisbeth Torres Calvo -condenado a 15 años
6. Yordan Revolta Leyva -condenado a 14 años
7. Miguel Enrique Girón Velázquez -condenado a 14 años
8. Yoel Ricardo Sánchez Borjas (18 años) -condenado a 7 años
9. Iván Colón Suárez -condenado a 18 años
10. Jorge Luis Martínez García (18 años) -condenado a 5 años a TCSI
11. Marcos Antonio Pintueles Marrero (18 años) -condenado a 7 años
12. Franklin Reymundo Fernández Rodríguez -condenado a 12 años
13. Miguel Cabrera Rojas -condenado a 20 años
14. Mario Josué Prieto Ricardo -condenado a 17 años
15. Maikel Rodríguez del Campo -condenado a 18 años
16. Samuel Torres Duran (17 años) -condenado a 5 años de limitación de libertad
17. Yeral Michel Palacios Román (18 años) -condenado a 5 años limitación de libertad
18. Ernesto Abelardo Martínez (17 años) -condenado a 5 años limitación de libertad
19. Ayan Idalberto Jover Cardoza (17 años) -condenado a 5 años limitación de libertad
20. Keyla Roxana Mulet Calderón (16 años) -condenado a 5 años limitación de libertad


“Ante la inacción de España, otrora líder de los temas latinoamericanos en Europa, imploramos a los gobiernos del Este (Letonia, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Polonia, República Checa, Eslovenia, Hungría, Lituania y Rumanía) que soliciten al Consejo de la UE la activación inmediata de las sanciones individuales. Es el momento de solidarizarse con las víctimas del comunismo en Cuba”, añadió González Raga.


Es responsabilidad de las Madres del 11-J que lo que hicieron sus hijos ese día, no quede olvidado en las cárceles de Cuba

Es responsabilidad de las Madres del 11-J que lo que hicieron sus hijos ese día, no quede olvidado en las cárceles de Cuba junto a las sentencias absurdas y arbitrarias que les ha impuesto la dictadura cubana.

Son ellas las que han vuelto a levantar el relato de lo que pasó ese día y cuestionar el por qué sus hijos si solo gritaron libertad!!!!, abajo la dictadura!!!, tienen que cumplir algunos hasta 25 años de prisión.
Hay que recordar que Fidel Castro y su hermano asaltaron el Cuartel Montcada en 1953, con armas y hubo más de 19 muertos por parte de los militares, y más de 60 del bando de Castro, ambos fueron detenidos y condenados solo 15 años!!!!!, por ese que dicen que era muy malo, Batista, y ese muy malo, BATISTA, que debo recordar que era padrino de Raúl, luego les dio Amnistía a los dos años de estar presos en isla de la Juventud, y pudieron irse a México y Estados Unidos.
Debo recordar que el presidente de la cámara de Representantes de la época, era cuñado de Fidel Castro, él estaba casado con Mirtha Díaz Balart y ya había tenido a Fidelito.
Las madres del 11-J deberían pedir Amnistía para sus hijos, que no cometieron hechos de sangre, y sobre todo las medes de 10 de octubre, que exijan penas justas para sus hijos aunque hayan dado la vuelta a un coche de patrulla, el coche tiene un coste económico, no humano, no mataron a nadie.

Fidel Castro desde el primer día acaba con la prensa, justo en 1959.

 

Fidel Castro. Coca Cola y Rolex

Desde el primer día de 1959 las tropas rebeldes se apropiaron de algunos diarios que no simpatizaban con Fidel Castro. Luego lo hicieron con todos los demás. Entre las primeras víctimas estuvo el periódico Alerta; en sus instalaciones se empezó a imprimir Revolución, reconocido desde el primer ejemplar como “el periódico de Fidel”, dirigido por Carlos Franqui (que años después desertaría). Su director, Ramón Vasconcelos, se asiló en una embajada antes de que Fidel lo metiera a la cárcel; pese a que Vasconcelos había sido su mentor en 1952 cuando Castro (colaborador de ese periódico) se lanzó como candidato a diputado. Las elecciones no se realizaron por el golpe de Estado de Batista en marzo de ese año. Como Alerta, talleres e instalaciones fueron arrebatadas a otros diarios que sirvieron para empezar a publicar Hoy, periódico del Partido Comunista, dirigido por Blas Roca. El diario Hoy no circulaba desde 1947. Los diarios restantes iban a desaparecer durante los siguientes dieciocho meses.

El 24 de octubre de 1959 el gobierno de Castro organizó la celebración de “el Día del Reportero”. Armando Hart, de 28 años, entonces ministro de Educación, se encargó del discurso oficial. Sus palabras no dejaron duda de lo que sucedería con la libertad de expresión, los periódicos y contra los chicos de la prensa. Les dijo Hart: “La objetividad es un mito de la civilización. La única base de la objetividad es aquella que refleja a la opinión pública. ¿Y dónde está la opinión pública? Cuando habla el doctor Castro lo hace en nombre del pueblo y por lo tanto expresa la opinión pública. Aquellos que ignoran la opinión pública defienden los intereses de la oligarquía”. Al día siguiente el periódico Revolución, al reproducir el discurso de Armando Hart, resumió aquella perorata, que se convirtió en una consigna, y en una amenaza policíaca: “Ser anticomunista es ser antirrevolucionario”.



El 17 de marzo de 1957 La revista Bohemia de Cuba publicó la entrevista y los avatares de cuando entrevistó al disidente y rebelde Fidel Castro. Cosa imposible en la Cuba de hoy.

 



Herbert L. Matthews, autor de esta sensacional entrevista en la Sierra Maestra, es uno de los reporteros más sagaces de The New York Times. Profundo conocedor de los asuntos latinoamericanos, con especialidad de los de Cuba, Matthews es autor de varios libros de definida proyección liberal y antitotalitaria. Aparte de su proyección de reportero, Matthews es editorialista del Times, el periódico más influyente de los Estados Unidos. Matthews fue premiado el año pasado con el John Moors Cabot, uno de los galardones más preciados que concede la famosa Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia. Suprimida la censura de prensa el último martes, BOHEMIA considera como un deber ineludible publicar este reportaje por su indudable interés público.



FIDEL CASTRO, el líder rebelde de la juventud cubana, está vivo y peleando con éxito en la intrincada Sierra Maestra, en el extremo sur de la isla.


El presidente Fulgencio Batista tiene la crema de su Ejército en la región, pero hasta ahora está en desventaja en la batalla por vencer al más peligroso enemigo que jamás haya enfrentado en su larga y azarosa carrera como regidor de los destinos cubanos.


Esta es la primera noticia confirmada de que Fidel Castro está todavía vivo y todavía en Cuba. Nadie fuera de la Sierra Maestra ha visto a Castro, con excepción de este reportero. Nadie en La Habana, ni aún en la Embajada de los Estados Unidos, con todos sus recursos para obtener informaciones, conocerá hasta la publicación de este reportaje que Fidel Castro está realmente en las montañas orientales de Cuba.


Este recuento romperá la más rígida censura de la historia republicana de Cuba. La provincia de Oriente con sus dos millones de habitantes, sus florecientes ciudades de Santiago, Holguín y Manzanillo, está tan desconectada de La Habana como si se tratara de otro país. La Habana, no sabe y no puede saber que miles de hombres y mujeres están en corazón y en alma con Fidel Castro, así como con los ideales que defienden los jóvenes de la Sierra Maestra. Tampoco conocen que cientos de respetables ciudadanos están ayudando a Castro; que estallidos de bombas y actos de sabotajes se producen a diario (18 bombas estallaron en Santiago el 15 de febrero), y que la fiera represión antiterrorista del gobierno está enardeciendo los ánimos populares aún más contra el presidente Batista.


A lo largo de Cuba, un formidable movimiento de oposición ha estado desarrollándose contra el general Batista. Aún no ha alcanzado su clímax. Los rebeldes de la Sierra Maestra están constreñidos a ese perímetro. La situación económica es buena. El presidente Batista cuenta todavía con la fidelidad de la oficialidad del Ejército y la Policía. Debe poder contar con el respaldo castrense en los dos años que aún quedan a su mandato.


Sin embargo, hay aspectos débiles en la economía, especialmente en el ángulo fiscal. El desempleo es creciente; la corrupción prevalece en la administración pública. Nadie puede predecir nada con seguridad, excepto que Cuba está en un período problemático.


Fidel Castro y su Movimiento 26 de Julio son el símbolo de la oposición al régimen. La organización, que no tiene nexos con la rebeldía de los estudiantes universitarios, está integrada por jóvenes de todas clases. Es un grupo revolucionario que se autotitula socialista. También tiene características nacionalistas, que generalmente en América Latina significa antiyanqui.


El programa es vago y plagado de generalidades, pero entraña un nuevo ideal para una Cuba radical, democrática e incluso anticomunista. Su pujanza está en su lucha contra la dictadura militar del presidente Batista.


Riesgo terrible


Lograr que yo penetrara en la Sierra Maestra y entrevistara a Fidel Castro, significó un riesgo terrible para docenas de hombres y mujeres en La Habana y en Oriente. Naturalmente, que debo tener cuidado en no descubrir su identidad en estos artículos pues sus vidas pueden peligrar –después de la acostumbrada tortura–. No usaré nombres ni lugares, ni brindaré detalles que puedan elaborar una pista dentro y fuera de la Sierra Maestra.


Aparentemente, el general Batista no puede reprimir la revuelta de Castro. Su única esperanza es que su Ejército caiga sobre el jefe rebelde y su Estado Mayor. Esto es improbable que ocurra, por lo menos antes del 1º. de marzo, cuando la presente suspensión de garantías constitucionales supuestamente debe terminar.


Fidel Castro es hijo de un español de Galicia, un “gallego” como el generalísimo Francisco Franco. Su padre fue un obrero de “pico y pala”, que laboró a principios de siglo en la United Fruit Company, que tenía sus plantaciones azucareras en la costa norte de la provincia de Oriente. Su fortaleza, su destreza para el trabajo rudo y su agilidad mental permitieron a su padre convertirse en un rico colono azucarero. A su muerte el año pasado sus hijos, incluyendo Fidel, heredaron una apreciable fortuna.


Vuelo a Norteamérica y a México


Alguien que conocía a la familia, recuerda a Fidel como un chiquillo de cuatro o cinco años, disfrutando de una saludable vida campesina. Su padre lo envió primero al colegio y más tarde a la Universidad de La Habana, donde estudió leyes y se convirtió en uno de los estudiantes que dirigían la oposición contra el general Batista en 1952, cuando se produjo la revuelta militar que impidió las elecciones presidenciales de ese año.


Fidel huyó de Cuba, en 1954, y vivió en New York y Miami. El anunció que, en 1956, seria “el año de la decisión”. Antes que finalizara el año prometió que sería “héroe o mártir”.


El gobierno supo de su estancia en México, donde el verano pasado entrenaba a una brigada de jóvenes que dejaron su país para seguirle. A fines de año, el Ejército cubano estaba alerta, conocedor de que algo ocurriría. Fidel Castro era ya el héroe de la juventud cubana, por su ataque desesperado al cuartel Moncada, de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953.


Cien muertos en combate


Entonces un centenar de estudiantes y soldados perecieron, pero fracasó la intentona. El arzobispo de Santiago, monseñor Enrique Pérez Serantes, intervino para impedir la matanza y consiguió que Castro y sus hombres se rindieran con la promesa de respetar sus vidas. Fidel Castro fue sentenciado a quince años de prisión, pero logró una amnistía a sazón de las elecciones presidenciales del 1º. de noviembre de 1954: Entonces dejó la isla y empezó a organizar el Movimiento 26 de Julio. Bajo esa bandera la juventud de Cuba está ahora combatiendo al régimen de Batista.


Famoso-corresponsal-americano-entrevista-a-Fidel-Castro-1El intento, que a primera vista pareció fracasado se produjo el 2 de diciembre de 1956. Ese día, un yate motor de 62 pies, el Gramma, condujo a ochenta y dos jóvenes con entrenamiento militar de dos meses en un rancho de México, a las costas de Oriente a poca distancia de Niquero en un punto llamado Playa Colorada. El plan consistía en desembarcar por Niquero, reclutar hombres, y ensayar un ataque contra el gobierno. Sin embargo, el Gramma fue localizado por una embarcación de la Marina de Guerra. Los aviones comenzaron a atacar el yate y sus tripulantes decidieron desembarcar.


Playa Colorada, desafortunadamente para los invasores era un traicionero pantano. Los hombres perdieron su aprovisionamiento así como sus armas y pronto fueron atacados por el Ejército. Se dispersaron y se encaminaron a las montañas. Muchos perecieron. De los ochenta y dos no más de quince o veinte lograron sobrevivir después de pocos días de lucha.


El presidente Batista tuvo éxito en ocultar lo que estaba pasando. Los jóvenes capturados fueron forzados a decir que sólo hablaron con Fidel Castro en el Gramma, pero que no lo vieron más. Así se logró producir la duda sobre su presencia en Cuba.


A causa de la censura, La Habana y otras ciudades cubanas se estremecían con los más asombrosa rumores: algunas especulaciones alentadas por el gobierno estimaban muerto a Fidel Castro. Solo los que combatían junto a él, así como quienes tenían fe y esperanza sabían o pensaban que estaba vivo. Solo pocos conocían la verdad de lo ocurrido.


Esa era la situación cuando el reportero llegó a La Habana, el 9 de febrero, para tratar de conocer lo que realmente estaba ocurriendo. La censura amordazaba tanto a los corresponsales extranjeros como a la prensa de Cuba. Todos comentaban, aun quienes creían vivo a Castro, la situación con esta pregunta: ¿Si Fidel está vivo, por qué no dice algo? Desde el 2 de diciembre se mantenía absolutamente tranquilo –o estaba muerto.


Más tarde supe que Castro aguardaba por reorganizar y fortalecer sus fuerzas, así como tener dominio de la Sierra Maestra. Esto afortunadamente coincidió con mi llegada, cuando Castro ya había confiado a una fuente en La Habana que deseaba entrevistarse con un corresponsal extranjero. El contacto se produjo a mi arribo a Cuba. A causa del estado de sitio tenía que ser con alguien que obtuviera la información y que la escribiera fuera de Cuba.


Vino entonces la semana de los preparativos. Fue necesario lograr romper el cerco del gobierno a la Sierra Maestra con falsos pretextos.


Después de las primeras semanas el Ejército reportó que las maltrechas fuerzas de Castro estaban muertas de hambre en las montañas.


Las informaciones que llegaban a La Habana indicaban encuentros en que las tropas del Ejército estaban sufriendo fuertes bajas.


Preparativos para la entrevista


El primer problema fue atravesar los bloqueados caminos y alcanzar un pueblo cercano que sirviera de trampolín. Al atardecer del viernes, 15 de febrero, los hombres de Castro se conectaron conmigo con noticias de que el encuentro estaba preparado para la noche siguiente en la Sierra y que todo el Estado Mayor rebelde se arriesgaría a acercarse al borde de la cordillera, de manera que no tuviera que ascender demasiado. No hay caminos por esos parajes y no podíamos utilizar caballos.


Para ir de La Habana a Oriente (a más de 500 millas de distancia) significaba manejar toda la noche y la mañana siguiente para estar en disposición el sábado por la tarde de llegar a la Sierra.


El plan para atravesar las líneas militares y las carreteras bloqueadas en Oriente fue tan simple como efectivo. Utilizamos a mi esposa como camouflage. Cuba está en plena temporada turística y nada puede parecer tan inocente como una pareja de norteamericanos viajando por la más hermosa y fértil provincia con algunos jóvenes amigos. Los soldados echaban una mirada a mi esposa, vacilaban un segundo y nos saludaban con una sonrisa amistosa. Si nos hubieran interrogado teníamos un “cuento” para ellos.


De esa manera llegamos a casa de un simpatizador de Castro, en las afueras de la Sierra. Allí quedaría mi esposa en calurosa hospitalidad. Me vestí con las ropas compradas en La Habana “para una pesquería”, suficientemente gruesas para soportar el aire frío de la .noche en las montañas y suficientemente oscuras para que me sirvieran de camouflage.


A la caída de la noche, fui llevado a una casa donde los tres jóvenes que fueron conmigo estaban reunidos. Uno de ellos era “uno de los 82”, una expresión que pronuncian con orgullo los sobrevivientes del desembarco original. Yo iba a conocer cinco o seis más. Un correo, con un jeep militar abierto se unió a nosotros.


Mal tiempo


Trajo malas noticias. Un carro militar con cuatro soldados del gobierno estaba situado en una carretera que teníamos que tomar para llegar cerca del punto donde debíamos encontrarnos con Castro a media noche. Además, una fuerte lluvia por la tarde convirtió las carreteras en un lodazal. Fidel Castro deseaba verme de todas maneras y algo había que hacer.


Famoso-corresponsal-americano-entrevista-a-Fidel-Castro-4El correo aceptó de mala gana. A través de las llanuras de Oriente hay tierras dedicadas a plantaciones de azúcar y arroz que cuentan con caminos de tierra. El correo conocía cada palmo de la ruta y aconsejó que tomando un camino serpenteante, podíamos acercarnos lo suficiente. Tuvimos que atravesar una carretera fortificada por el Ejército y someternos al riesgo constante de patrullas armadas, de tal forma que debíamos tener bien preparado “el cuento”. Yo era un azucarero norteamericano que no sabía una palabra de español y que iba a ver las plantaciones en cierto pueblucho. Uno de los jóvenes que hablaba inglés era “mi intérprete”, los otros tenían también sus “papeles”.


Antes de partir uno de los hombres me mostró un fajo de billetes (el peso cubano es exactamente del mismo tamaño y valor del dólar norteamericano) que sumaba aparentemente $400, que eran enviados a Castro. Con el “rico americano” era natural que el grupo tuviera el dinero si éramos encontrados. Era una interesante evidencia que Fidel Castro pagaba por todo lo que tomaba a los guajiros de la Sierra.


Nuestra historieta convenció a una guardia militar cuando nos detuvo por un momento aunque se mostró dubitativa por unos segundos. Entonces vinieron horas de viaje al través de plantaciones de caña y campos de arroz en una travesía que sólo podía realizar un jeep. Uno de los tramos, advirtió el guía, estaba fuertemente custodiado por tropas del gobierno, pero tuvimos la suerte de no ver a nadie, hasta que después de millas de viaje accidentado no pudimos ir más lejos.


Era medianoche, la hora en que teníamos que encontrar a los soldados de Castro; tuvimos que caminar primero por un terreno difícil. Al final nos salimos del camino y nos deslizamos por una ladera hasta un arroyo iluminado por la luna llena. Uno de los muchachos resbaló y cayó al agua helada. Yo atravesé el arroyo con el agua hasta las rodillas, haciendo esfuerzos por no caer. A cincuenta yardas debía celebrarse la entrevista.


No estaba el centinela


No había centinela. Tres de nosotros esperamos mientras dos hombres reconocían los alrededores. A los quince minutos retornaban sin encontrar una pista de Castro. El guía sugirió que debíamos avanzar un poco, pero sin saber a dónde íbamos. Los hombres de Castro tienen una señal característica que yo escucharía incesantemente –dos pitazos bajos y suaves–. Uno de nuestros hombres trató de interpretarlos, pero sin éxito. Después de un momento nos dimos por vencidos. Teníamos que escondernos de una luna resplandeciente y de la vigilancia de las tropas. Nos cobijamos en un paraje de árboles y maleza en un terreno fangoso. Nos sentamos para una plática. El guía y otro joven que había peleado antes junto a Castro dijeron que irían más arriba para ver si podían encontrar algunas tropas rebeldes.


Tres de nosotros quedamos aguardando, una espera agónica de más de dos horas entumecidos en el fango, no atreviéndonos a hablar ni a movernos, tratando de conciliar el sueño momentáneo con la cabeza en las rodillas, molestados por mosquitos que estaban dándose el “banquete de sus vidas”.


Por fin escuchamos un precavido doble pitazo de bienvenida. Uno de nosotros replicó, mientras aguardábamos por otra señal. Habíamos trabado contacto con un centinela avanzado y un guía nos llevaría a un sitio en las montañas. El práctico conocía las montañas perfectamente, para llevarnos, como lo hizo serpenteando el camino.


Cita al amanecer


El guía se detuvo y silbó con precaución. Pronto se produjo la respuesta sonora. Hubo una pequeña plática y se nos hizo una señal hacia una gruta. La vegetación, el fango, la luz de la luna –todo brindaba la impresión de una selva tropical, más que Cuba parecía el Brasil.


Castro tenía su campamento a alguna distancia y un soldado fue a anunciarle nuestra llegada preguntándole si debíamos acercarnos o si él vendría a recibirnos. Poco más tarde el centinela volvió con noticias de que teníamos que esperar y que Fidel vendría al amanecer. Alguien me dio unas galletas de soda que tenían buen sabor, otro tendió una colcha en el suelo que parecía un lujo en esos parajes. La cueva era muy oscura para reconocer a alguien.


Hablamos en el tono de murmullo. Un hombre me contó cómo había visto destrozar y quemar la tienda de su hermano por tropas del Ejército y ejecutarle más tarde. “Prefiero estar aquí, peleando con Fidel que en otro lugar del mundo.”


Faltaban todavía dos horas para el amanecer y la colcha hacía posible un poco de sueño.


A la luz de la fosforera yo observé cuán jóvenes eran los hombres de Castro. Su jefe tenía treinta años y ya era viejo para el Movimiento 26 de Julio. Los rifles y la ametralladora que vi eran de fabricación norteamericana, todos modelos atrasados.


El capitán de la tropa era un negro corpulento de barba y bigote, con sonrisa brillante y disposición para la publicidad. De todos los que conocí, sólo él se interesó porque mencionara su nombre: Juan Almeida, “uno de los 82”.


Alguno de los muchachos habían vivido en los Estados Unidos y hablaban inglés, otros habían aprendido el idioma en los colegios. Había un jugador profesional de baseball con experiencia en las Ligas Menores, que tenía aún a su esposa en los Estados Unidos.


Lógica de la rebelión


El paraje de la Sierra en que nos encontrábamos era poco fértil. “Algunas veces comemos, otras no”, me confió un rebelde. En conjunto parecían gozar de buena salud. Sus simpatizadores le enviaban alimentos; los campesinos les prestaban ayuda; guías de confianza van a comprar aprovisionamientos, pese a que los comerciantes hacen sus ventas con riesgo y contra las órdenes del gobierno. Raúl Castro, el hermano más joven de Fidel, se adelantó con miembros del grupo. Poco más tarde apareció Fidel. Considerándolo por su físico y su personalidad, es un hombre corpulento, de seis píes, de piel aceitunada, de cara llena, de barba dispareja. Vestía un uniforme color olivo y llevaba un rifle con mirilla telescópica del cual se siente orgulloso. Parece que sus hombres tienen más de cincuenta de esas carabinas que dice temen los soldados. “Nosotros podemos alcanzarlos a mil yardas con estas escopetas.”


Después de conversar sobre algunas generalidades, nos sentamos sobre mi frazada. Alguien trajo jugo de tomate, sandwiches de jamón con galletas y latas de café. Para festejar la ocasión, Castro abrió una caja de tabacos, y conversamos por espacio de tres horas.


La conversación era un murmullo. Tropas del Ejército circundaban las cercanías, con la única esperanza de poder atrapar a Castro y a sus hombres,


Su personalidad es abrumadora. Es fácil convencernos de que sus hombres lo adoran y comprenden por qué es el inspirador de la juventud de Cuba. Estaba frente a un fanático, un hombre de ideales, de coraje y de cualidades para el liderazgo.


Los 82


La conversación comenzó con el relato de cómo pudo agrupar a los dispersos sobrevivientes de los hombres que desembarcaron el 2 de diciembre. Más tarde cómo pudo mantener alejadas a las tropas del Gobierno mientras jóvenes de todas partes de Oriente se unían a sus fuerzas, mientras el general


Famoso-corresponsal-americano-entrevista-a-Fidel-Castro-5Batista los abrumaba con sus prácticas antiterroristas. También contó cómo se aprovisionó de armas y comenzó los ataques de guerrilla, que hicieron se le considerara invencible. Quizá no lo sea, pero esa es la fe que inspira a sus partidarios.


Ellos han celebrado muchos combates e infligido muchas bajas al Ejército. Aviones del gobierno los bombardean todos los días; en efecto, a las nueve de la mañana vi volando a un avión. Las tropas tomaron sus puestos; un hombre que vestía una camisa blanca se escondió con prontitud, pero el aparato se alejó para bombardear la parte alta de la montaña.


Castro es un gran conversador, sus ojos carmelitosos brillan; su rostro se aproxima a su escucha y su voz tenue como en una pieza de teatro, presta un vívido sentido de drama.


—Llevamos setenta y nueve días peleando y estamos más fuertes que nunca –enfatiza Castro–. Los soldados están peleando malamente; su moral es baja y la nuestra no puede ser superior. Estamos matando muchos, pero cuando los tomamos prisioneros nunca los fusilamos. Los interrogamos, les hablamos cordialmente, tomamos sus armas y su equipo y los dejamos libres.


“Sabemos que siempre los arrestan después, y hemos oído que algunos son fusilados como ejemplos para otros. Ellos no quieren pelear y no saben cómo combatir en la guerra en las montañas. Nosotros sí.


“El pueblo cubano conoce las noticias sobre Argelia, pero nunca ha escuchado una palabra acerca de nosotros o leído una noticia por la rigidez de la censura. Nosotros seremos los primeros en contarlas. Tengo seguidores en toda la isla. Todos los mejores elementos, especialmente la juventud está con nosotros. El pueblo cubano resiste cualquier cosa menos la opresión.”


Le pregunté sobre las informaciones en que se aseguraba que proclamaría un gobierno revolucionario en la Sierra Maestra.


—Aún no –replicó–. Aún no es el momento. Lo haré en su oportunidad. Tendrá más impacto por la demora, ahora todo el mundo habla de nosotros.


“No hay prisa. Cuba está en estado de guerra, pero Batista trata de ocultarlo. Todo dictador debe demostrar que es poderoso, pues de lo contrario se cae; nosotros estamos demostrando que es impotente.” ‘


—El gobierno –comentó con amargura– está utilizando las armas suministradas por los Estados Unidos, no solo en su contra, sino también “contra todo el pueblo cubano”.


“Ellos tienen bazookas, morteros, ametralladoras, aviones y bombas –refirió–, pero nosotros estamos seguros en la Sierra; ellos tienen que venirnos a buscar.”


Castro habla algo de inglés, pero prefiere conversar en español. Tiene mentalidad más de político que de militar. Sus ideas de libertad, democracia, justicia social, de necesidad de restaurar la Constitución, de celebrar elecciones, están bien arraigadas. También cuenta con sus propias teorías económicas, que quizá un entendido consideraría pobres.


El Movimiento 26 de Julio habla de nacionalismo y anticolonialismo.


—Puedo asegurar que no tenemos animosidad contra los Estados Unidos y el pueblo norteamericano –replicó a mis preguntas–. Sobre todo –recalcó– estamos luchando por una Cuba democrática y por la conclusión de la dictadura. No somos antimilitaristas; por eso es que dejamos libres a los soldados prisioneros. No tenemos odio contra el Ejército porque sabemos que hay buenos hombres, incluyendo a muchos oficiales.


“Batista tiene tres mil soldados en el campo contra nosotros. No le diré con cuántos contamos por razones obvias. Trabajan en columnas de doscientos; nosotros en grupos de diez a cuarenta y estamos triunfando. Es la batalla contra el tiempo y el tiempo está de nuestro lado. “


El dinero que necesitan


Para demostrar que actúan correctamente con los guajiros pide que traigan “la contadora”. Un soldado trae un bulto de tela carmelita, que Castro abre. Hay más de cuatro mil pesos apilonados. Confiesa que ese es todo el dinero que necesita, pero que pudiera conseguir más.


—¿Por qué los soldados mueren por defender a Batista cuando sólo les pagan setenta y dos pesos al mes? –pregunta.


“Cuando ganemos les pagaremos cien pesos y ellos servirán a una Cuba democrática y libre.


“Yo siempre estoy en la línea de fuego –asevera con la confirmación de todos.”


El Ejército pudiera capturarle, pero en las presentes circunstancias luce casi invulnerable.


—Nunca saben dónde estamos –manifiesta a la vez que el grupo se levanta para despedirse–, pero nosotros siempre sabemos dónde están ellos. Usted se arriesgó en venir, pero nosotros tenemos toda el área ocupada y podrá salir con seguridad.”


Emprendimos el camino de regreso con la luz del día, pero siempre tratando de pasar inadvertidos. El guía avanzaba como una paloma casera por bosques y campos donde no hay sendero recto, bajando por el costado de la Sierra. Nos detenemos en la casa de un campesino; donde nos prestan un caballo y vamos en busca del jeep escondido durante la noche.


Atravesamos una carretera bloqueada por el Ejército, pero no tenemos dificultades.


Terminada la aventura, bañados y afeitados, volvemos a lucir como un turista norteamericano, con mi esposa como camouflage, no tenemos dificultades en el viaje de retorno por entre las carreteras llenas de soldados que nos llevan a La Habana. Para todos hemos estado en un fin de semana de pesquería y nadie nos molesta mientras tomamos el avión hacia Nueva York.

 


(BOHEMIA: 17 de marzo de 1957. No. 9. Año 49. p. 62)

Por qué hubo personas que se opusieron a la amnistía de Fidel Castro en 1955. Hoy muchos piden la Amnistía para los presos del 11-J en Cuba, primero revisar la historia.

 LA AMNISTÍA PARA FIDEL & CO. - 1955

‏En 1955, Díaz-Balart dio este  discurso ante la Cámara de Representantes  en oposición a la amnistía concedida a su cuñado, Fidel Castro (Castro casado con su hermana Mirtha Díaz Balart y ambos hermanos hijos del Alcalde de Banes), por su participación en el ataque al Cuartel Moncada. Díaz-Balart fue elegido senador en 1958, pero no pudo tomar posesión del cargo debido a la revolución castrista que llevó al poder a Fidel Castro el 1 de enero de 1959.

Este discurso fue pronunciado en la Cámara de Representantes de la República de Cuba en mayo del año 1955 por el Dr. Rafael L. Díaz-Balart, en ese momento el líder de la mayoría y presidente del comité parlamentario de la mayoría en la Cámara, contra la ley que amnistió a Fidel Castro y demás asaltantes al cuartel Moncada, cuando habían cumplido solamente dos años de cárcel y después de haber sido condenados por un tribunal civil. Castro había recibido una condena de 15 años, una condena muy leve si se tiene en cuenta que el ejército batistiano tuvo 19 muertos y 30 heridos por armas de fuego no como el 11-Julio  de 2021 en Cuba donde no hubo armas y la población que salió a las calles solo gritó contra el gobierno cubano, Abajo la Dictadura, Diaz  Canel Singao o patria y vida!

Es muy curioso que el cuñado de Fidel Castro se pronunciara en contra de Castro cuando aún estaba casado con la hermana,  se separó de ella y de su hijo Fidelito cuando ya estaba en México tras la amnistía, y cuando todos sabían que Fulgencio Batista había sido padrino de Raúl Castro, gracias a su amistad con el sargento Mirabal (ver la historia anexa al final del texto).


La Amnistía (1955)

Por Rafael Díaz-Balart

Señor Presidente y Señores Representantes:

He pedido la palabra para explicar mi voto, porque deseo hacer constar ante mis compañeros legisladores, ante el pueblo de Cuba y ante la historia, mi opinión y mi actitud en relación con la amnistía que esta Cámara acaba de aprobar y contra la cual me he manifestado tan reiterada y enérgicamente.

No me han convencido en lo más mínimo los argumentos de la casi totalidad de esta Cámara a favor de esa amnistía.

Que quede bien claro que soy partidario decidido de toda medida a favor de la paz y la fraternidad entre todos los cubanos, de cualquier partido político o de ningún partido, partidarios o adversarios del gobierno. Y en ese espíritu sería igualmente partidario de esta amnistía o de cualquier otra amnistía.

Pero una amnistía debe ser un instrumento de pacificación y de fraternidad, debe formar parte de un proceso de desarme moral de las pasiones y de los odios, debe ser una pieza en el engranaje de unas reglas de juego bien definidas, aceptadas directa o indirectamente por los distintos protagonistas del proceso que se esté viviendo en una nación.

Y esta amnistía que acabamos de votar desgraciadamente es todo lo contrario. Fidel Castro y su grupo han declarado reiterada y airadamente, desde la cómoda cárcel en que se encuentran, que solamente saldrán de esa cárcel para continuar preparando nuevos hechos violentos, para continuar utilizando todos los medios en la búsqueda del poder total a que aspiran. Se han negado a participar en todo proceso de pacificación y amenazan por igual a los miembros del gobierno que a los de oposición que deseen caminos de paz, que trabajen a favor de soluciones electorales y democráticas, que pongan en manos del pueblo cubano la solución del actual drama que vive nuestra patria.

Ellos no quieren paz. No quieren solución nacional de tipo alguno, no quieren democracia ni elecciones ni confraternidad. Fidel Castro y su grupo solamente quieren una cosa: el poder, pero el poder total, que les permita destruir definitivamente todo vestigio de Constitución y de ley en Cuba, para instaurar la más cruel, la más bárbara tiranía, una tiranía que enseñaría al pueblo el verdadero significado de lo que es tiranía, un régimen totalitario, inescrupuloso, ladrón y asesino que sería muy difícil de derrocar por lo menos en veinte años. Porque Fidel Castro no es más que un psicópata fascista, que solamente podría pactar desde el poder con las fuerzas del Comunismo Internacional, porque ya el fascismo fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial, y solamente el comunismo le daría a Fidel el ropaje pseudo-ideológico para asesinar, robar, violar impunemente todos los derechos y para destruir en forma definitiva todo el acervo espiritual, histórico, moral y jurídico de nuestra República.

Desgraciadamente hay quienes, desde nuestro propio gobierno tampoco desean soluciones democráticas y electorales, porque saben que no pueden ser electos ni concejales en el más pequeño de nuestros municipios.

Pero no quiero cansar más a mis compañeros representantes. La opinión pública del país ha sido movilizada a favor de esta amnistía. Y los principales jerarcas de nuestro gobierno no han tenido la claridad y la firmeza necesarias para ver y decidir lo más conveniente al Presidente, al Gobierno y, sobre todo, a Cuba. Creo que están haciéndoles un flaco servicio al Presidente Batista, sus Ministros y consejeros que no han sabido mantenerse firmes frente a las presiones de la prensa, la radio y la televisión.

Creo que esta amnistía tan imprudentemente aprobada, traerá días, muchos días de luto, de dolor, de sangre y de miseria al pueblo cubano, aunque ese propio pueblo no lo vea así en estos momentos.

Pido a Dios que la mayoría de ese pueblo y la mayoría de mis compañeros Representantes aquí presentes, sean los que tengan la razón.

Pido a Dios que sea yo el que esté equivocado.

Por Cuba.



(Nota histórica aclaratoria y geográfica)


Banes, situado a unos 800 kilómetros al noreste de La Habana, por ser el pueblo donde Fulgencio Batista nació y vivió parte de su juventud, apenas aparece en la prensa revolucionaria. Los habitantes del lugar tratan de curarse este estigma borrando el pasado de la memoria.

A menos de 100 kilómetros de Banes, por el contrario, en la entrada de la carretera que conduce a la comunidad de Birán, hay una gigantesca valla publicitaria con los grados militares del comandante en jefe de la revolución y una frase que dice: "Sitio Histórico de Birán". Se refiere a la casa donde nació Fidel Castro.



Como todos sabemos, la familia Castro es oriunda del pueblo Birán, Oriente, como Fulgencio Batista. Se rumoraba que Raúl Castro no era hijo legítimo del patriarca Castro sino de un amigo de la casa, un tal Mirabal, sargento del ejército que a su vez era muy amigo de Batista y tomó parte en la famosa 'Sargentada' del 4 de Septiembre de 1933 que fue uno de los factores que derrocaran el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes sustituido por la Pentarquía. Dicen muchos que Raúl Castro era el retrato idéntico de sargento Mirabal. Con el tiempo Mirabal llegó a ser Segundo Jefe del SIM en la región Oriental de Cuba. Condenado a muerte después del triunfo de Fidel Castro en 1959, su pena fue conmutada pues se rumora que la madre de los Castros, Lina Ruz, les suplicó a Fidel y Raúl que lo perdonaran, y así sucedió. No sé qué habrá sido de este personaje después de esto. Saquen Uds. sus propias conclusiones.  En una de las fotos pueden ver a Fulgencio Batista, ya Coronel, cargando a su AHIJADO ¡¿RAUL CASTRO!?, el 26 de Julio de 1938. Esta foto fue publicada por el diario Avance Criollo en Agosto 12, 1960. Como Uds. verán, Raúl Castro está vestido con un uniforme de una escuela militar creada en aquella época. Batista le puso el mote del “Cabo Pulguita”'... (Pueden ver otras dos fotos de Raúl con el uniforme). O sea, que el Coronel Fulgencio Batista bautizó a Raúl Castro y era amigo de la familia por mediación del tal sargento Mirabal.
Fernando Almeyda,






84 Chardring Cross Road" Uno de los libros más bellos sobre amor a los libros que existen... arsenio rodríguez quintana

 


Carta de Helene Hanff de New York a una libreria en Londres...
Libro "84, Chardring Cross Road"
Anagrama.

Leer a quien ama los libros es una fortuna.

En octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías. 84, Charing Cross Road pasó casi inadvertido en el momento de su publicación, pero desde la década de los setenta se ha convertido en un verdadero libro de culto a ambos lados del Atlántico.




Comienza una sencilla correspondencia entre una joven escritora autodidacta y su librero al otro lado del océano. Enseguida la autora nos deja ver su divertida e irónica personalidad y comienza a tratar a Frank como si fuera un amigo más, solicitándole obras que están fuera de su alcance y agradeciendo los envíos que viajan desde Londres hasta Nueva York.

A partir de entonces se va agrandando la correspondencia, y pasan de ser dos a ser toda una familia. Se entrelazan las cartas entre varios empleados de la librería, que se mueren por escribirse con una clienta tan peculiar y también la familia directa de Frank Doel. Ella planea realizar una visita pero una y otra vez la va postergando…

Lo mejor de todo son la multitud de libros pueblan sus páginas y que para los amantes de los libros no dejan de ser una curiosidad tras otra. Todos amamos los libros que nos llevan a otros libros. Y éste es uno de ellos.

Años después Helene decide publicar una novela recopilando sus cartas y para su sorpresa se convierte en un éxito. Le llega la fama tarde, cuando no había conseguido lo mismo con ninguno de sus guiones ni obras. La realidad en ocasiones supera a la ficción. Más tarde llegó la otra de teatro basada en esta historia, una serie de televisión e incluso una película.

Personalmente lo que más me ha gustado es conocer el Londres de postguerra frente al poderío de Nueva York. Es muy curioso constatar la situación de ambos países tras la Segunda Guerra Mundial. En Londres siguen con el racionamiento y es Helene quien comprendiendo esta situación les manda siempre que puede alimentos a los habitantes de la librería.

Aunque parece que esta correspondencia es de otros tiempos, la relación que establecen se parece mucho más a los nuestros, en los que las redes sociales nos sitúan al lado de cualquier persona al otro lado del mundo, y en el que todos estamos más conectados y nos es más fácil compartir cualquier cosa. Un libro bonito con el que pasar una tarde tranquila en compañía de más libros.

El hijo de José Martí participa en la aniquilación de más de 6000 mil afrocubanos: Partido Independientes de Color

  Ya llegamos, a son de corneta, a los ranchos, y la tropa formada bajo la lluvia, de Quintín Banderas. Nos abraza, muy negro, de bigote y barbija, en botas, capa y jipijapa, Narciso Moncada, el hermano de Guillermo; «¡ah, solo que falta un número!» Quintín, sesentón, con la cabeza metida en los hombros, troncudo de cuerpo, la mirada baja y la palabra poca, nos recibe a la puerta del rancho: arde de la calentura: se envuelve en su hamaca: el ojo, pequeño y amarillo, parece como que le viene de hondo, y hay que asomarse a él: a la cabeza de su hamaca hay un tamboril.

texto de José Martí cuando conoce a Quintin Banderas 

El hijo de Martí y la Nueva República[editar]

José Francisco, después de la guerra y tras la disolución del ejército libertador, trata de incorporarse a la Universidad de La Habana, pero la falta de dinero le impide continuar los estudios, lo que le hace aceptar un cargo como empleado público en la AduanaGonzalo de Quesada, su amigo y antiguo amigo de su padre, protesta enérgicamente ante el gobierno para que lo incorporen al ejército. Lo logra, siendo Pepito uno de los oficiales que hacen el cambio de banderas ante la Capitanía General el 20 de mayo de 1902.

El 20 de marzo de 1907, junto con su madre, asiste con otras personalidades de la época a la inauguración del suntuoso Hotel Campoamor en Cojímar. Este hotel fue el preferido por familias pudientes para pasar su Luna de Miel hasta que el 1 de julio de 1916 se convierte en el Centro Médico-Educativo "Preventorio Antituberculoso José Martí".

En el período de 1909 a 1913, bajo el gobierno de José Miguel Gómez, fue ascendido primero a Comandante, después a Coronel y luego a Jefe de Estado Mayor. Posteriormente desempeña el cargo de Secretario de Guerra y Marina y obtiene el grado de General bajo el gobierno de Mario García Menocal entre 1913 y 1921, grado con el que se retira de las Fuerzas Armadas.

El 24 de febrero de 1912, junto con otras personalidades, participó en Camagüey a la inauguración de una estatua, develada por Amalia Simoni en la antigua Plaza de Armas, en memoria de su esposo el Mayor General Ignacio Agramonte.


Mancha en la carrera de el hijo de J. Martí


En mayo de 1912 participa en una de las páginas más oscuras de la Historia de Cuba, que culminó con la muerte de más de 60001​ afrocubanos, incluyendo la de Evaristo Estenoz2​ y Pedro Ivonet, fundadores en 1908 del primer partido político negro del hemisferio, fuera de Haití, conocido como el PIC o Partido Independiente de Color.

José Francisco Martí y Zayas-Bazán junto a un grupo de soldados.

Esto fue lo que sucedió:

El 20 de mayo el PIC se levanta en armas en protesta y con el propósito de derrocar la Enmienda Constitucional aprobada en la trigésima sesión del senado el 11 de febrero de 1910 que los proscribía como partido político. A raíz de estos disturbios, el presidente de los Estados Unidos en ese tiempo, William Taft, mandó una misiva al entonces presidente de Cuba José Miguel Gómez, donde decía que si no controlaba la situación se vería forzado a mandar tropas norteamericanas para proteger el bienestar de los ciudadanos norteamericanos en la isla. Gómez, como es de suponer, responde al presidente que él puede manejar la situación y manda el 27 de mayo de 1912 a más de 1200 soldados junto con su Estado Mayor.

Serafin Portuondo Linares, en su libro Los independientes de color, nos narra lo siguiente sobre esos turbulentos días:

"El Presidente Willian Taft contestó a Gómez mediante otro cablegrama que se complacía en «conocer las medidas enérgicas tomadás por su gobierno para acabar con los disturbios existentes», haciéndole saber al mismo tiempo que las medidas del gobierno de EE. UU. eran previas para actuar con prontitud si los intereses americanos eran puestos en peligro, pero que ellas no entrañaban propósitos intervencionistas.
Gómez, tranquilizado un tanto, agradeció este criterio no intervencionista de Mr. Taft, y le envió otro cable expresivo de este sentimiento. Pero el 27 de mayo de 1912, un día antes de haber enviado este cable a Taft, hizo salir al Gral. Monteagudo para Oriente con 1,200 hombres y acompañado de su Estado Mayor.
El Estado Mayor que salió rumbo a Oriente estaba integrado por: el Mayor General Jesús Monteagudo; Coronel José Martí y Zayas Bazán, Jefe de Estado Mayor; Teniente Coronel José M. Guerrero Dueñas, Auditor General; Teniente Coronel José Pereda Gálvez, Jefe de Sanidad; Comandante Ijeandro Torriente Peraza, Ayudante General (Jefe de Despacho); Comandante Rigoberto Fernández Lecuona, Cuartel Maestre y Comisario General; General Rosendo Collazo y García, Pagador General; Capitanes Antonio Tonel y Mercano, Andrés R. Campiña y González, Federico Pattersson y Hermoso, que eran los ayudantes de campo.
Así se inició en grande lo que en las esferas gubernamentales se denominó "La campaña de Oriente". Mejor expresado: la persecución sin tregua de los rebeldes. Gómez, al asumir esta actitud, desarmó momentáneamente a sus enemigos políticos y se quitó de encima el fantasma de la intervención de EE. UU. en el conflicto, pero a costa de aumentar cada día el número de bajas en las filas rebeldes."34

No se sabe a ciencia cierta cuánta fue la participación del hijo de Martí en estos eventos, pero lo que sí se conoce es que después de la masacre el gobierno hizo una celebración en el Parque Central, presidida por José Francisco, a la que asistieron funcionarios importantes y la mayoría de las tropas que participaron en estos hechos. El banquete fue por todo lo alto, a espaldas de la estatua erigida a José Marti en ese mismo parque.

José Francisco Martí y Zayas-Bazán.

En 1915, y a sus 37 años de edad, se enamora de María Tereza Bances (Teté), hija única del banquero español Victoriano Bances con quien contrae matrimonio el 21 de febrero de 1916 en la Iglesia Parroquial del Sagrado Corazón de Jesús, del Vedado y Carmelo. Esa unión nunca daría frutos. José Francisco Martí nunca tendría descendientes.

Entre 1926 y 1933 declara su inconformidad contra la tiranía Machadista, haciendo público su “Manifiesto a Cuba”, pero al no encontrar una solución ante la feroz opresión desatada por Gerardo Machado pasó a formar parte del ABC, con el cargo de Vicepresidente, una organización política secreta y de carácter celular que utilizó la lucha clandestina con el fin de desencadenar la insurrección popular.

El 15 de enero de 1928 José Francisco Martí recibe la peor noticia que un hijo puede recibir, la del fallecimiento de su madre Carmen Zayas-Bazán.

El ABC, después del derrocamiento del llamado “Asno con Garras”,5​ tomó otra dirección política hasta convertirse en un partido político de gángsteres, lo que hizo que José Francisco se retirara del escenario público.

El 22 de octubre de 1945, fallece víctima de una prolongada enfermedad pulmonar. En el sepelio, por sus méritos archivados a lo largo de su vida, se le otorgan los honores de Mayor General. Hasta ese día había vivido feliz junto a su esposa en una casa hecha por su suegro Don Victoriano, ubicada en Calzada 807 esquina a 4, Vedado, en el actual Centro de Estudios Martianos.

Hasta el día de su muerte, nunca utilizó la influencia de su apellido para escalar posiciones en la sociedad, sabiendo, a lo largo del camino de su vida, ganarse todos los méritos que lo hicieron digno de llevar el apellido de su padre.



Síndrome de ulises

  “En un instante un canal de Venecia fue a través del olor un paseo habitual de la Habana Vieja al borde de la bahía …………….. ¿Qué hacen esa...