Los primeros europeos que probaron la patata fueron los hombres que acompañaban al explorador español Gonzalo Jiménez de Quesada. Fue en 1537, aunque no fue hasta 1560 cuando, de la mano de Pedro Cieza de León, fue introducida en Europa. Lo verdaderamente extraño en la cultura española colonial, es que ellos encontraron el cacao, chocolate en México, el tomate, y la patata, y son los que más tardan en Europa en incluirlas en recetas y en darles un uso verdaderamente nutritivo. Estaban tan obsesionados por encontrar oro en América, que el oro en forma de alimentos de estaba pasando por las narices y ni se enteraron. Hoy los Belgas, son referencias del chocolate, las marcas italianas del tomate, y el puré de patatas francés lo mismo.
En sus inicios, el tubérculo fue considerado una excentricidad y paseado por las cortes europeas como una planta de adorno para jardines palaciegos o como abono de otras plantas. Su deriva nutritiva no llegaría hasta unos años más tarde, a pesar de que las capas más pobres de la sociedad ya la habían empleado como solución extrema a la falta de calorías.
En sus inicios, la patata era una planta de adorno para jardines palaciegos
El hombre que popularizó la patata como alimento nutritivo fue Antoine-Augustin Parmentier, un apellido habitual en los menús de los restaurantes de medio mundo. El apellido Parmentier va ligado a una manera de preparar el puré de patatas, en la que la mantequilla y la leche le dan una cremosa textura a la pasta, pero Antoine-Augustin Parmentier fue tan importante para la nutrición como lo fue Louis Pasteur para la medicina.
Retrato de Antoine Auguste Parmentier
Parmentier fue un farmacéutico, químico, agrónomo, naturalista e higienista francés que participó como militar en la Guerra Franco-Prusiana de los Siete Años. Hecho prisionero, durante el periodo en el que vivió cautivo en las prisiones de Prusia descubrió, por culpa de la hambruna, las propiedades alimenticias del tubérculo. Cuando fue liberado, Parmentier se dedicó a difundir el descubrimiento. En una Francia inmersa en la escasez de alimentos y el hambre, las autoridades buscaban un producto que pudiera sustituir el pan cuando el trigo escaseaba.
La patata era el sustituto del pan cuando el trigo escaseaba
Tras ganar el premio organizado por la Academia de Besanzón con el trabajo científico Examen (Examen químico de la patata), Parmentier logró el permiso para empezar a cultivar el tubérculo en unos terrenos situados en Sablons y Grenelle y, poco a poco, a despertar el interés de Luis XVI, preocupado por los posibles disturbios del pueblo famélico. Convencidos de sus beneficios, el Rey de Francia y su esposa Maria Antonieta introdujeron la patata en la corte, un hecho fundamental para que, poco a poco, se expandiera entre los campesinos como producto fácil de cultivar y barato de vender en los mercados franceses. Lamentablemente, la caída del Luis XVI y su posterior decapitación tras la Revolución de 1789, significó el o stracismo momentáneo de Parmentier, acusado por los jerarcas revolucionarios de recibir los favores del rey. Rescatado por el Directorio, Parmentier obtuvo el favor de las autoridades y tuvo varios cargos hasta su muerte, sucedida en 1813. Sus restos descansan en el parisino cementerio de Père Lachaisse.
A pesar de que pueda parecer lo contrario, la patata, el alimento que forma parte de muchas de las recetas que conforman nuestra gastronomía, tiene una historia muy corta en nuestro país. Un producto que, junto a la máquina de vapor, es esencial para entender la r evolución social y económica de la Europa contemporánea.
Irlanda y la Hambruna de la patata.
La Gran Hambruna (en inglés Great Famine o Great Hunger y en irlandés An Gorta Mór o An Drochshaol) fue un período de inanición, enfermedad y emigraciones masivas en Irlanda entre 1845 y 1849. A veces se la conoce, en su mayoría fuera de Irlanda, como la hambruna de la patata o la hambruna irlandesa de la patata (en inglés, Irish Potato Famine), porque aproximadamente dos quintas partes de la población dependía exclusivamente de esta cosecha barata por una serie de razones históricas. Durante la hambruna, alrededor de un millón de personas murieron y un millón más emigró de Irlanda,3 causando que la población de la isla cayera entre un 20% y un 25%. Se le considera uno de los genocidios más grandes de la historia.
La causa inmediata de la hambruna fue la plaga de la patata, que arrasó los cultivos de patata en toda Europa durante la década de 1840. Sin embargo, el impacto en Irlanda fue desproporcionado, ya que un tercio de la población dependía de la patata por una serie de motivos étnicos, religiosos, políticos, sociales y económicos, como la adquisición de tierras, los propietarios ausentes y las Leyes de los cereales; todo contribuyó al desastre en diversos grados y los factores causantes del suceso siguen siendo objeto de intenso debate histórico.
Nota. Este texto parte de un texto publicado en la Vanguardia de barcelona con desajustes históricos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario