En esta imagen, el cuerpo de Farah María en primer plano sobrevuela con notable sensualidad el muro del malecón habanero con un bañador blanco que acentúa su mula-tez, mientras ella canta acompañada por La orquesta de Jorrín. El video comienza con una faldilla negra que ella se quita para acentuar su cuerpo y el porqué comenzó su carera como bailarina de Tropicana.
Hace un año presenté mi libro HISTORIA del Malecón Habanero, ed Muntaner, 2019. Que tras más de 25 años investigando sobre ese tema en Cuba y aquí en Europa decidí publicar en formato de libro y que está disponible en AMAZON, que cuenta además de su historia, fragmentos de novelas, poemas, canciones que se han escrito sobre ese muro. Esta de Jorrín y Farah está citada en mi libro pues fue esencial para fijar mi memoria sensual sobre el malecón habanero.
Cuando era un adolescente y comenzaban en mi las vibraciones eróticas típicas de la edad apareció en la pantalla de la televisión cubana un video clip de La orquesta Jorrín, uno de los difusores del Chachachá, con una mulata extraordinaria y alta para Cuba que se llamaba Farah María, ella cantaba el estribillo de esa canción con una sensualidad directa a la cámara y a todos los que le miraban que juro que cada vez que iba al malecón a jugar con mis amigos, dábamos lo que no tuviéramos para encontrarnos a Farah bailando sobre el muro húmeda tras bañarse e intacta sin mordidas de un tiburon.
No te bañes en el Malecón
porque en el agua hay un tiburón
Ella, creo entender y recordar tenía un romance con Juan Almeida Bosque, comandante negro de la revolución cubana (un tiburón real) que dicen, la trataba como una reina en un juego de amantes semi ocultos que nunca se hizo realidad a los ojos de los plebeyos. Sus relaciones con el poder las mantuvo claras siempre a pesar de vivir fuera de Cuba, pero esa parte no sensual de su existencia realmente no me interesa, hay una edad en que decido que hay cosas de las que paso.
En mi memoria, creo que esta imagen no descansará en paz.
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