He despertado hoy 23 de julio a la misma hora que nació mi niña, poco antes del amanecer.
Han pasado doce años desde que nació en el Hospital de Sant Pau en Barcelona antes
que pasara a ser un Museo por su arquitectura modernista.
En ese momento, era un trozo de cielo que ahora duerme, cabía exactamente en el centro del pecho, tengo fotos que así lo corroboran.
Hoy tiene criterio y me cuesta cada vez más construir una ruta del ocio con ella -en casa y fuera de esta- pues hace un tiempo ella ya tiene su propia ruta.
Lejos están los días de trazar los viajes por Europa y salidas a museos que recogí en un libro dedicado a ella, en el que solo yo tenía el mapa del camino.Es fácil tomar decisiones cuando son pequeños y van de mochila hacia donde uno dirige el viento. Es más difícil cuando este ser que lo cambia todo en la vida de uno comienza a pensar y poner más complicado.
Padres de preadolescentes me entenderán cuando les diga que la preferencia por estar con sus amigas en las redes se torna en su elección principal, y sacarla de ahí convierte a uno en el "autoritis dictatorial" del que salí huyendo hace veinte años de aquella isla.
Buscar ahora el equilibrio de sus deseos y los míos, es diálogo y mayéutica -casi socrática, pues comienza a responder a casi todo con otra pregunta.
Este cumple mi deseo era llevarla un día entero a ver el Castillo de Carcassonne en el sur de Francia, quizás el mejor restaurado de toda Europa medieval, estaba agobiado por llevar a cabo esta faena al sur de Francia a solo tres horas de casa. Ella quería pasarlo con su amiga en la playa. Me conjuré de pensamientos e hice su deseo. Juro que fue feliz con su ruta y me lo dijo cuando salimos de la playa tras siete horas de juego.
Un amigo que trabajó en bancos (Jordi) y tiene dos niñas adolescentes me dijo que la negociación con los adolescentes no se debía hacer sin ser autoritis, sino una intervención tipo Flotación Sucia. aquel sistema donde el tipo de cambio fluctúa según la ley de oferta y demanda, pero el Gobierno interviene ocasionalmente a través de la autoridad monetaria o banco central. O sea, hacerle creer que lleva las riendas de sus elecciones con libertad e intervenir si pasa alguna línea roja. Con ellos nunca se debe hacer Flotación limpia, donde no existe ningún tipo de intervención por parte del Estado, que en terminos padre e hija soy yo.
No obstante, estas nuevas contradicciones, ese es el mayor símbolo de la virtud de su crecimiento, llenarse de errores para corregir y definir su propio yo, en el que uno participa ahora solo desde afuera, siendo feliz con sus aciertos, o siendo infeliz con sus tropiezos.
En eso consiste la virtud y su derecho a volar.
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