La portada de mi libro Síndrome de Ulises es un niño jugando dentro de una caja fuerte. Foto de Sarah Caron



Nunca sabes cuando vas a conocer a una persona que te va a cambiar la vida. A mí me cambió rotundamente cuando a inicios de los años noventa entró en mi vida Sarah Caron. Ella quería convertirse en fotógrafa profesional y ya yo era un poeta habanero que publicaba en varias revistas y programaba y producía conciertos. Ella había nacido en Burdeos, pero ya soñaba con París, tanto como yo.  

La farándula artística en Cuba es pequeña, y a ella se le ocurrió con los contactos del hijo de Hilda Rabilero donde vivía hacer un libro de fotos sobre artistas cubanos de todas las disciplinas. Alguien le habló de un poeta que vivía en La Habana Vieja, y cuando nos conocimos ya fue para siempre. Ella ha crecido como fotógrafa y reportera francesa lo que no pudimos imaginar nunca en aquella Habana, ha trabajo con las mejores revistas del mundo tanto en Europa como en Estados Unidos, ha ganado premio como mejor fotógrafa de menor de treinta años en Francia  y ha tenido la suerte de que las mejores marcas de cámaras de foto le patrocinen sus reportajes.  

Yo he tenido la suerte de estar cerca y poder hacer algunos trabajos con ella, tanto para revistas europeas, como españolas, además el orgullo de escribirle los textos de su primer catálogo de fotos  Je me souviens que publicó en  Mougins, Musée de la Photographie André Villers. en 2012. Ahora nuestro mejor libro juntos llevamos trabajando en él años, pero saldrá un día y es quizás la mejor memoria comentada gráficamente del período especial en Cuba, serán textos y fotos y no descansaré hasta ver una versión impresa y no las maquetas que vamos trabajando.

Ahora, ella hizo algo más importante que todo esto, y fue sacarme de Cuba en 1999, y plantarme en París y luego en Burdeos. Es difícil que alguien que esté detrás de tu salida del país pueda olvidarse, además de nuestra afinidad intelectual que se ha convertido en hermandad con los años, o al menos con los mismos problemas que tienes con hermanos de sangre, con rupturas y reconciliaciones por muchas cosas. Ella es la responsable de que yo hoy tenga diez libros publicados que en Cuba jamás hubiese podido editar por censura y otras cuestiones muy evidentes. En fin.

De ella, es la foto que Radamés Molina escogió para hacer la portada de mi primer libro para su editorial Linkgua en 2004, que se llamó Síndrome de Ulises y que tanta alegría intelectual me ha dado. La mayor estar en la cátedra de la facultad de psicología de la Universidad de Barcelona como libro de referencia de la asignatura Síndrome de Ulises. La contraportada del libro la escribió nada menos que Enrique Vi.la Matas, un honor increíble por ser quizás el mejor escritor catalán vivo, premio mejor escritor Europeo.

foto Sarah Caron

La foto es una metáfora clara del período especial en Cuba. El niño busca protección dentro del desastre que lo rodea. En ese espacio donde el está, antes hubo un edificio de inicios de siglo donde dentro hubo un banco o una sucursal. Esa caja fuerte donde el se enconde, que parece una nave espacial al revés no ha caído del cielo, su posición es producto de una caída: La Caída del Muro de Belín

Ahora esta no fue la primera vez que Sarah publicó esta foto de un niño metido en una caja fuerte que ella vio cuando íbamos un día andando por La Habana Vieja al final de la calle Villegas antes del parque del Cristo; la primera vez que ella publicó esa foto fue en una expo que hizo en todas las FNAC de Francia en una expo itinerante sobre Cuba, en 1997, en su tríptico de promoción de la expo puso esta foto y yo le escribí un texto en castellano que ella tradujo al francés, convirtiéndose así en mi primer texto que había escrito traducido al francés. Sentí eso que Jorge Luis Borges decía de sus textos traducidos, que él no era el autor de esas palabras. Pero me fascinó cuando me trajo la publicación cuando aún yo vivía en La Habana, y para más alegría en la FNAC de Burdeos se encontró con Gema y Pavel que eran los músicos encargados de promover ese eco de Cuba.

 




En mi libro hay un poema que reproduzco debajo donde hablo de Korda, el fotógrafo de la mítica foto del Che, que conocí en su casa del Almendares gracias a que fue con Sarah un día a visitarlo y nos hizo las historias que seguro les hizo a todos sobre la foto del Che y otras fotos.

 
Pagina 18. Síndrome de Ulises

texto de la presentación oficial del libro en el Eixample.



Sarah caron. dos libros:



Le Pay des Purs

Une immersion sous-tension dans le hors-champ du reportage photographique, à travers les yeux de Sarah Caron, photographe française au Pakistan. Le 27 décembre 2007, la ville de Rawalpindi, au Pakistan, est la proie de violentes émeutes, suite à l'assassinat de Benazir Bhutto, principale opposante au régime en place. Dans la foule, Sarah Caron, photographe française, saisit avec son appareil les moindres détails de la scène. Mais très vite, la jeune femme est repérée et se retrouve poursuivie, craignant pour sa vie. Un mois plus tôt, Sarah rencontrait Benazir Bhutto afin de réaliser une série de portraits commandée par le magazine Time. Une entrevue difficilement décrochée et qui, par un pur hasard, survenait le jour même de l'assignation à résidence de l'opposante. Une aubaine pour Sarah : pendant 4 jours, elle se retrouvait aux premières loges de l'actualité ! De jour, elle mitraillait les lieux, de nuit, elle transférait ses clichés. En immersion totale et au gré des commandes, la jeune femme passe cette année-là du monde de l'élite pakistanaise à celui des talibans, avec l'aide d'un fier guerrier pachtoune. Son objectif est une arme dont elle se sert pour frapper les esprits et franchir les frontières, qu'elles soient physiques ou culturelles, et ce malgré le danger des lieux et des situations.

Le Pakistan à vif
C'est son appareil photo qu'elle porte en bandoulière, pas la kalachnikov. Sarah Caron se sert pourtant de son objectif comme d'une arme, une façon de frapper les esprits, bousculer les vérités, aller au-delà du connu et du déformé. Le 3 novembre 2007, l'état d'urgence est déclaré au Pakistan. Du Népal où elle vient de terminer un reportage, Sarah Caron s'envole immédiatement pour Islamabad. Ce nouveau " sujet " retiendra son attention les trois années qui suivront. Dans un pays où la femme est cachée, bafouée dans ses droits et sa dignité, elle se voile et pénètre les zones tribales interdites aux étrangers, risque sa peau en territoire taliban, au milieu des balles, ne s'écartant jamais de son objectif : témoigner. Avec sa passion et ses tripes, elle relate ses principaux reportages dans un Pakistan en plein basculement politique. Au plus proche de Benazir Bhutto, jusqu'à son attentat en décembre 2007, Sarah Caron va à la rencontre des principaux acteurs politiques et religieux du pays. Un récit intime au coeur des conflits, un texte sensible écrit au jour le jour, où les liens tissés sont décisifs.






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Síndrome de ulises

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