Me entristece Las Ramblas vacías, post-confinamiento. Me opongo a esa fiesta de Barcelona sin turismo



La tristeza se vuelve demoledora cuando veo Las Ramblas desoladas que aumentan el silencio que ya genera las mascarillas. Me niego a sumarme a esa tendencia de moda que está perfecta la ciudad sin turismo. Las ciudades mediterráneas existen y han crecido desde los fenicios, gracias al ir y venir de los extraños,  sin los otros, las ciudades mueren. 

El crecimiento brutal de Barcelona que la BBC de Londres la sitúa como la 12 ciudad mejor de mundo para visitar, fue gracias a los extraños...
Ya sé que lo correcto es estar de acuerdo con esa corriente catalanista de la izquierda de la CUP, que quieren una Barcelona sin turistas y sin Colón al final de Las Ramblas, les respeto su criterio, pero yo prefiero una Rambla plena de turistas cuyo dinero sirva para mantener las infraestructuras de metro, salud, conciertos, y una ciudad viva del siglo XXI, y la segunda o tercera preferida de Europa tras  París.
 







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